Sinopse
«Un espejo de cuerpo entero colgaba de una de las paredes con una intensa luz en la parte superior. Daba igual el tiempo que hubieras invertido en tu apariencia, la iluminación seguiría haciéndote tener un aspecto horrible. A menos que tu nombre fuera Madame, por supuesto». Madame hace acto de presencia en la reunión con sus tacones de aguja y su atractivo incomparable. A partir de ese momento manda ella, y quien no obedezca deberá ser castigado. Severamente castigado.